Como procurador de los tribunales en Zaragoza nos gustaría recordarte las funciones de esta figura en el derecho romano. Como sabes, tiene una antigüedad mayor que el abogado. Fueron razones de carácter práctico las que hacen surgir en derecho romano la figura del representante del litigante en el pleito. Será el llamado cognitor, el primer representante procesal propiamente dicho, y posteriormente el procurator los principales antecedentes de la figura del procurador de los tribunales actual. Al cognitor no se le conoció otra función más que la de representar al dominus en el proceso, y sin embargo al procurator se le podían atribuir otros cometidos distintos, y de hecho su nacimiento no lo fue como figura procesal, sino como administrador general o particular de patrimonios pertenecientes a familias romanas más o menos acomodadas.

El procurator era aquella persona de confianza del dominus romano encargada de la gestión de la totalidad del patrimonio o parte de él, en supuestos de ausencia del titular del mismo. Así, en origen no se trata de una figura específicamente procesal, pero como entre las facultades que se le concedían por el hecho de administrar patrimonios ajenos estaba la del ejercicio de acciones, entra así en el ámbito de la representación procesal.

El procurator que primero se conoció fue el procurator omnium bonorum, es decir, el administrador de patrimonios ajenos. Este procurador pasaba a ser el alter ego del dominus, sobre todo cuando estaba ausente, y tomaba las decisiones necesarias sobre la administración del patrimonio del señor. Posteriormente, dentro de esta relación de confianza, el procurador asumiría la representación procesal de su señor, en su variante de cognitor, o procurator ad litem.

Cualquier duda sobre las funciones de esta figura te las puede resolver Ricardo Moreno Ortega.

Confía en un buen procurador de los tribunales en Zaragoza.